Pequeña felicidad

Son las 12 de la noche, por la ventana puedo ver la escarcha en los cristales de los coches y sentir un aire polar de esos que cortan la respiración. Pero yo estoy en mi cama, cual croqueta entre las capas del nórdico tan agustito… Hace frío y el día ha sido largo, pero ¿y qué?,me he dado una ducha de agua caliente, de esas que dejas el agua deslizarse sobre tu cuerpo y ya no sabes cúanto llevas ahí, ni cuándo saldrás pero intentas alargar ese momento lo máximo posible. ¡Benditas duchas de agua caliente’. Se que es muy fácil hablar desde mi posición, pero ahora mismo tengo la sensación de que si existiese el cielo y estuviese allí, sentiría una sensación similar a esta.

¡Madre mía’ Me enrollo como las persianas, ¿verdad?. Pero hoy me gustaría hablar de cosas que me hacen feliz. Nos empeñamos en buscar la felicidad constantemente y no nos damos cuenta de que esta se encuentra en los pequeños detalles, en nuestro día a día. Puede ser desde una ducha de agua caliente, pasando por un coulant de chocolate o una palmera de chocolate blanco (lo que más me gusta del mundo), puede que nos pille por sorpresa disfrutando de un té en buena compañía o respirando aire fresco mientras te detienes en mitad de la nada. Hay tantas cosas que poquito a poco te llenan por dentro y te hacen sentir mejor, que podría empezar una lista y no terminar en varios meses. Pero, entre las cosas que más feliz hacen a Ana…chan chan chan chan (música de suspense) no podrían faltar mi familia y mis amigos. Estar con ellos, hablando, tomando algo o simplemente callados. Puede que no les vea tanto como me gustaría, que ciertas temporadas te despeguen de ese pilar tan importante, pero no podría vivir sin ellos y aunque pudiera, no querría.

La familia viene de serie, no la eliges, no puedes hacer un casting y decir tú si, tú no, tú estas nominado,.. pero agradeces la que te ha tocado y poder estar orgulloso de esas personas es algo maravilloso. Por otro lado están los amigos, los conoces por casualidad, te los presentan conocidos, llegan a tu vida sin avisar y la revolucionan como un torbellino. Algunos de ellos te acompañan desde que tienes uso de razón y no eres capaz de poner un inicio al momento en que entraron en tu vida, otros por el contrario te acompañan durante algunas etapas de tu vida y, por último, hay algunos que acaban de llegar pero que sin querer se han convertido en imprescindibles.

Quizá esta familia si la elijamos, tienen a la vez algo de madre, parte de padre, un toque de hermano y, hasta si te pones, una pizca de primo. Te han acompañado tanto en momentos fáciles como difíciles y si echas un vistazo a atrás no eres capaz de ser consciente de todo lo que has vivido con ellos.

Estoy segura de que hay mil y una razones por las que muchas de estas personas son y han sido esenciales en tu vida. Podría enumerar una lista, pero correría el riesgo de acabar con la caja de «kleenex» y son cosas de esas que es mejor decirlas a la cara. También es tarde y tanta letra puede llegar a aburrios.

Hoy os dejo unas fotos de un look que refleja las ganas que tengo de que llegue el buen tiempo y la primavera, aunque no tanto de tener que vivir pegada a los antihistamínicos (risas)

[Bomber: zara (new); blusa: mango (old); pantalón: zara (new); sneakers: adidas superestar (new); bolso (lo tengo varios años)]

«El canal del parto y el ataúd son dos lugares diseñados para un solo cuerpo»

Nacemos y morimos solos. Esta idea, tan terrible según mi punto de vista, es quizá la más dura que he tenido que aprender a lo largo de mi propio proceso de crecimiento.

Pero también descubrí, por suerte,que existen los compañeros de viaje compañeros para un ratito, compañeros para una temporadita más o menos larga. Y después existen también los amigos, los amores, los hermanos,… compañeros para toda la vida»

Jorge Bucay

Espero que os haya gustado el post de hoy,

Con amor,

A.